Cuando en 1877 un obelisco egipcio que navegaba hacia Londres se perdió y acabó en Ferrol

(c) Palace of Westminster; Supplied by The Public Catalogue Foundation

Londres, como cualquier otra capital colonial que se precie, también tiene su pedacito de Egipto. Este se encuentra en la ribera del Támesis, en un lugar llamado Victoria Embankment, en Westminster, y se trata de la Aguja de Cleopatra, un obelisco de granito de 21 metros de alto y más de 200 toneladas de peso, con una antigüedad de más de 3.500 años.

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Esta semana, en Va de barcos, vamos a conocer la historia y los avatares sufridos por el artefacto construido para poder transportar este monumento desde el desierto de Egipto hasta la niebla londinense, el buque Cleopatra.

El Cleopatra.

En 1798, durante «La Batalla del Nilo«, la flota del almirante Nelson derrotó a los barcos de Napoleón. Como regalo, el virrey de Egipto ofreció a los ingleses la Aguja de Cleopatra, un obelisco de granito que había permanecido semienterrado dos mil años en las arenas de Egipto. Durante otros 70 años, el monumento permaneció en Alejandría ya que el gobierno británico no disponía de los fondos para su transporte.

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En el año 1877, Sir William James Erasmus Wilson, profesor de dermatología en el Royal College of Cirujanos y egiptólogo aficionado, decidió correr con todos los gastos del transporte del obelisco, y pagar de su bolsillo las 10.000 libras necesarias para ello. El problema ahora era encontrar una embarcación adecuada para realizar el traslado.

El ingeniero civil John Dixon, junto a su hermano Wainman, fueron los elegidos por Wilson para el diseño del buque. Con el asesoramiento del ingeniero Benjamin Baker, idearon una estructura cilíndrica de hierro, que envolvería el obelisco.

Las diez secciones que formaban el cilindro (unas quillas verticales en los extremos a forma de proa y popa, y cuerpos cilíndricos para la zona central de la embarcación), se colocaron alrededor del obelisco en el lugar de la excavación.

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Una vez «empaquetado», el cilindro se trasladó rodando sobre si mismo hasta una playa cercana, desde donde se deslizó hasta las aguas del Nilo. Por un momento pareció que el cilindro no iba a salir a flote ya que se quedó enganchado en una roca del fondo del río, pero una vez liberado y reparado estaba listo para ser terminado.

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Se le instaló un timón, dos quillas de balance, un mástil para velas y una caseta para la tripulación, y de esta manera tomó ya las formas características de un buque, siendo bautizado como Cleopatra, bajo el mando del capitán Carter.

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El 21 de septiembre de 1877 el Olga, un vapor de 1.350 t de la Johnson Line, al mando del capitán Booth partía de Alejandría remolcando al Cleopatra mediante un cable de acero de 400 metros de longitud por 10 cm de diámetro, en un viaje que le llevaría por el Mar Mediterráneo hasta el Estrecho de Gibraltar, remontando la costa portuguesa hasta el Cabo Fisterra.

Las condiciones meteorológicas del viaje fueron benignas hasta el 14 de octubre, día en el que una fuerte tormenta causó daños en el Cleopatra que hacían pensar en su hundimiento, al acabar destrozada la superestructura y ser el lastre desplazado por los golpes de las olas, produciéndose escoras en el buque de hasta 50 grados. Después de un intento de rescatar a la tripulación que acabó con la muerte de seis tripulantes del Olga, el buque fue abandonado y el cable que lo remolcada cortado.

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El Cleopatra fue de esta manera dado por perdido y se supuso su hundimiento. Pero cuatro días más tarde, el vapor mercante inglés Fitzmaurice que se dirigía a Valencia se encontró al Cleopatra a la deriva 90 millas al noreste del puerto de Ferrol, más o menos el mismo lugar en donde había sido abandonado por el Olga. Al haberse calmado el temporal, la tripulación del Fitzmaurice fue capaz de amarrar un cabo al Cleopatra y remolcarlo hasta los muelles de Ferrol.

Después de pleitear duramente por los derechos del obelisco (el patrón del Fitzmaurice lo consideraba los restos de una naufragio, y por lo tanto, suyo) y de una suma considerable de dinero, el Cleopatra abandonó Ferrol el 16 de Enero de 1878, remolcado por el Anglia, el remolcador más potente de los muelles de Londres.

El Cleopatra y el Anglia dejando Ferrol

Finalmente, en Agosto de 1878 la Aguja de Cleopatra fue erigida en el lugar el el que descansa hoy en día, existiendo una placa en su base que homenajea a los seis marineros del Olga fallecidos. Por su parte, el Cleopatra, una vez cumplido su objetivo, fue desguazado.

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El Cleopatra en la prensa de la época.

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Características generales.

Eslora: 28 metros

Manga: 4,6 metros

Desplazamiento: 274 toneladas

Tripulación: 8 personas

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Para saber más.

El Cleopatra, en la página web Historia y Arqueología Marina.

El viaje del Cleopatra, en la página web Barcos en botella, extraído de la enciclopedia Navíos y Veleros.

La Aguja de Cleopatra, en el blog Cúmulos y limbos.

– La maqueta del Cleopatra, en Walden Model Co.

– La historia del Cleopatra, según los periódicos de la época, aquí y aquí.

Fuentes gráficas:   bbc.uk.co   commons.wikimedia.org   members.tripod.com   ja.wikipedia.org   old-print.com   thamestugs.co.uk   triposo.com   popscreen.com   hemerotecadigital.bne.es

Agradecer desde aquí la ayuda prestada por Germán Castro en la búsqueda de la historia del Cleopatra en la prensa de la época. Otra vez gracias.

Un artículo de Juan A Oliveira

2 comentarios en “Cuando en 1877 un obelisco egipcio que navegaba hacia Londres se perdió y acabó en Ferrol

  1. Enhorabuena Juan por tu blog, que trata temas de interes para los que somos profesionales del sector de una forma sencilla y eficaz.Lo del Cleopatra ya lo conocia, pero nunca esta de mas recordar la historia de nuevo.

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