Nikola Tesla y James V. Glyn, los barcos de la revolución eléctrica en el turismo de las cataratas del Niágara


Desde 2020, los turistas que navegan a los pies de las cataratas del Niágara lo hacen cómodamente, sin ruido, ni vibraciones ni gases de exhaustación que molesten su visita. Y todo esto es gracias al Nikola Tesla y el James V. Glynn, las dos últimas incorporaciones a la flota de Maid of the Mist y en su día los buques más grandes totalmente eléctricos de los Estados Unidos de América.

Las cataratas del Niágara se alzan majestuosas haciendo de frontera natural entre los EE.UU. y Canadá. Toda el agua que circula entre los grandes lagos desde el Hurón y Erie hacia el Ontario, una quinta parte del agua dulce de América, cae desde unos 50 metros de altura a través de las tres caídas de agua que forman el conjunto de las cataratas: la catarata canadiense, la catarata estadounidense y la catarata Velo de Novia. Descubiertas por los exploradores franceses a finales del siglo XVII, las cataratas tienen unos 12.000 años de antigüedad. Fueron creadas por un enorme glaciar que avanzó sobre el área oriental de Canadá erosionando el terreno y deben su nombre a las tribus iroquesas que habitaban la región antes de la llegada de los europeos, que se referían a las mismas como “Onguiaahra”, el trueno o el estruendo.


Popularizadas por el turismo durante el siglo XIX, las cataratas fueron reconocidas muy pronto como una gran fuente potencial de energía. Cada minuto pasa por ellas un volumen medio de 110.000 metros cúbicos, aproximadamente un peso en caída de 3.000 toneladas por segundo. Ya en 1759 Daniel Joncairs construyó un pequeño canal sobre las mismas para alimentar a su aserradero. Y los molineros Angus y Peter Porter compraron en 1805 el lado americano para proveer de energía hidráulica a su molino harinero y su curtiduría. El primer caso de generación de electricidad con el agua del Niágara se remonta a 1853, cuando a la Niagara Falls Hydraulic Power and Mining Company se le contrató la construcción de canales para el aprovechamiento del caudal y en 1881 Jacob F. Schoellkopf construyó la primera central hidroeléctrica, capaz de generar suficiente corriente continua como para iluminar las cataratas y los pueblos cercanos.

Pero el gran salto se dió en 1893 cuando la Niagara Falls Power Company contrató a George Westinghouse para construir un sistema de generación de corriente alterna de dos fases en las cataratas. La decisión se basó en el asesoramiento de Nikola Tesla sobre cuál era el mejor sistema para la transmisión de corriente a grandes distancias, entre la corriente continua, defendida por Edison, y la corriente alterna, defendida por Tesla, y el éxito de la Westinghouse Electric iluminando mediante corriente alterna la Exposición Mundial Colombina de Chicago de 1893 con un presupuesto cuatro veces más bajo que el presentado por Edison y su corriente continua, que disipó los temores de los técnicos y el público acerca de la viabilidad y la seguridad sobre la misma.


En 1896, financiada por los magnates J. P. Morgan, John Jacob Astor IV y la familia Vanderbilt, la Niagara Power Station No. 1 entró en funcionamiento generando 37 MW de potencia eléctrica con salidas de diferente voltaje para dar servicio a las propias cataratas y sus alrededores (2.000 voltios), a media distancia (10.000 voltios) y a las ciudades de Lockport, Tonawanda y Buffalo, ubicada a 30 kilómetros de las cataratas (20.000 voltios), en una época en la que la quinta parte de la población de los Estados Unidos vivía a menos de cuatrocientas millas de las cataratas del Niágara.

En aquel momento dos de los buques de la flota de Maid of Mist ofrecían ya la posibilidad de que los turistas pudieran contemplar las increíbles cataratas desde su parte baja. Hasta 1846 el cruce de pasajeros de un lado a otro del estrecho a los pies de las cataratas se hacía en pequeñas embarcaciones de remos. Ese año se fabricó el primer Maid of the Mist, un pequeño barco a vapor de 22 metros de eslora por 5,5 de manga, capaz de transportar hasta a 100 personas e incluso una diligencia. La construcción de un puente colgante entre las dos orillas tan solo dos años después acabó con la rentabilidad del negocio. Maid of the Mist se reorientó entonces hacia el turismo.


Durante los últimos 150 años los buques de la compañía han ido creciendo y evolucionando, primero con el paso del vapor al diésel en 1955 y finalmente con el paso del diésel a dos embarcaciones eléctricas de cero emisiones en octubre de 2020 bautizadas como Nikola Tesla y James V. Glynn, respectivamente en honor del inventor de origen serbio y del presidente y director general de Maid of the Mist, que lleva más de 70 años en la empresa.

El Nikola Tesla y el James V. Glynn son dos catamaranes construidos en aluminio naval 5086 H116 resistente a la corrosión de 28 metros de eslora por 10 metros de manga, tripulados por seis personas y capaces de transportar a 600 pasajeros sentados repartidos en dos cubiertas, una interior cubierta y otra exterior. Tanto los cascos como las superestructuras fueron fabricadas por separado por Burger Boat Company en Manitowoc (Wisconsin) antes se ser enviadas a Buffalo (Nueva York) y ser ensambladas por personal de Maid of the Mist en su propio astillero.


La energía que hace funcionar estas embarcaciones se almacena en dos baterías de iones de litio de ABB por barco capaces de suministrar 316 kWh de forma combinada. Las baterías alimentan dos motores eléctricos que generan 400 kW con los que accionan dos propulsores azimutales Veth Propulsion VL-200 L-Drive que mueven los barcos a una velocidad de servicio de 8 nudos, 11 nudos de velocidad máxima. Unas hélices transversales de 60 kW colocadas en proa permiten a las embarcaciones girar 360º sobre sí mismas y facilitan sus maniobras de atraque en el muelle. ABB ha suministrado también los sistemas de distribución y de gestión de energía a bordo, así como las instalaciones de carga en el muelle, alimentadas por la energía hidráulica de las propias cataratas. El sistema es capaz de recargar los 38 kWh consumidos por cada embarcación en cada viaje en tan solo siete minutos mientras los turistas embarcan y desembarcan.

Casi 1,6 millones de turistas embarcan cada año en estas embarcaciones, que parten del muelle hacia las cataratas cada treinta minutos. La construcción del Nikola Tesla y el James V. Glynn fue financiada como parte de un programa de revitalización del Parque Estatal de las Cataratas del Niágara, un plan con un presupuesto de 65 millones de dólares que durante cinco años trabajó en una extensión de 160 hectáreas para mejorar la sostenibilidad, innovación y accesibilidad según la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA), transformando el parque en un destino de calidad para los nueve millones de visitantes que acuden anualmente al parque más antiguo de los Estados Unidos.


Características principales
Eslora: 27,5 metros
Manga: 10,4 metros
Calado: 1,75 metros
Velocidad de crucero: 8 nudos
Velocidad máxima: 10 nudos
Carga: 600 pasajeros
Tripulación: 6 personas
Baterías: 316 kWh
Potencia instalada: 400 kW


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Juan A Oliveira es Ingeniero Técnico Naval por la Universidade da Coruña y MBA por la UNIR. Con más de 20 años de experiencia en el sector naval, desde 2013 edita y coordina el blog vadebarcos.net. Puedes conectar con él a través de LinkedIn.

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