El premio al mejor buque del año en Noruega ha sido este año para el cablero Prysmian Monna Lisa, construido por VARD para la compañía Prysmian, pionera en la industria de cableado y sistemas e impulsora de la transición energética y la transformación digital a nivel global. Entregado desde 1997 por la prestigiosa revista Skipsrevyen, el premio reconoce anualmente a lo mejor del diseño y la construcción naval en Noruega, destacando este año al Prysmian Monna Lisa como el buque más avanzado de su clase.
Equipado con dos carruseles con capacidad para 7.000 y 10.000 toneladas de cable, la mayor capacidad de un buque cablero hoy en día, el Prysmian Monna Lisa es capaz de instalar cable submarino a profundidades de hasta 3.000 metros bajo la superficie. Gracias a un banco de baterías de 3 MWh, el doble de su buque predecesor Prysmian Leonardo da Vinci, también diseñado y construido por VARD, y a un sistema de conexión con tierra de alto voltaje, el nuevo barco elimina sus emisiones de CO2 a la atmósfera tanto en ciertos momentos de la navegación como durante las operaciones en puerto.
Estas innovaciones, unidas a la posibilidad de alimentar sus generadores con biodiésel, contribuyen directamente a la eficiencia operacional y al rendimiento medioambiental del buque, algunas de las razones que lo han llevado a hacerse con el premio de este año. Otra característica clave del Prysmian Monna Lisa es su capacidad para realizar tres operaciones a la vez: cavar la trinchera para el cable en el fondo marino, tender el cable y enterrarlo, todo en una pasada, reduciendo así la necesidad de buques auxiliares y reduciendo con ello las emisiones de CO2 a la atmósfera de los proyectos en los que participe.
La compañía italiana Prysmian es líder mundial en el sector de los cables para energía y comunicaciones. Con casi 150 años de historia, cuenta con unos 30.000 empleados en 50 países repartidos en 108 plantas, desde las que ofrece una amplia gama de productos, servicios y tecnología. En 2021 recibieron de VARD el buque cablero Prysmian Leonardo Da Vinci. El resultado fue tan satisfactorio que al año siguiente decidieron invertir 210 millones de euros en la construcción de un nuevo buque.
Basado en la plataforma VARD 9 04 desarrollada en Ålesund (Noruega), el diseño del buque está enfocado hacia la eficiencia, precisión y fiabilidad, lo que lo hace ideal para proyectos de tendido de cables en cualquier parte del mundo. Desde la fase conceptual hasta la entrega final, los equipos de VARD y de Prysmian han trabajado de forma conjunta.
Esto ha ayudado a resolver los problemas de una forma eficaz y a optimizar la toma de decisiones. Una de las grandes ventajas del proyecto fue poder contar con el feedback recibido tanto del diseño, la construcción como de la propia operación del Prysmian Leonardo Da Vinci, identificando tanto aquello que había funcionado bien como lo que podía mejorarse en el nuevo barco.
Una de las prioridades del armador fue la comodidad de la tripulación y los técnicos embarcados, teniendo en cuenta la duración de los proyectos en los que el buque estará involucrado. Las grandes dimensiones del barco, con 171 metros de eslora y 34 metros de manga, han permitido que cada una de las 120 personas que puede acomodar disfruten de un amplio espacio personal. A los espaciosos y bien iluminados camarotes, se unen generosos espacios de recreo, como un auditorio, diferentes salones o un enorme comedor.
Para realizar su cometido, el Prysmian Monna Lisa está equipado con la más avanzada tecnología de tendido de cables, además de la mayor capacidad de carga de un buque cablero hoy en día, con dos carruseles que suman 17.000 toneladas. Su sistema de posicionamiento dinámico DP3 le otorga una gran maniobrabilidad y precisión durante las tareas de tendido de cables submarinos, gracias a dos propulsores transversales y dos propulsores azimutales retráctiles en proa, y otros tres Azipods en popa. Tres grandes tanques anti-balance ayudan a contrarrestar los movimientos de escora del barco.
Los seis generadores del buque, cuatro de 4.720 kW y dos de 1.480 kW están repartidos entre las dos cámaras de máquinas del barco, separadas por un mamparo antiincendios. Los generadores están preparados para el uso en el futuro de biodiésel, y el barco incluye también un banco de baterías de 3 MWh para la operación en modo híbrido y un sistema de conexión con tierra de alto voltaje. Sobre la cubierta se sitúan una gran grúa de 100 toneladas de capacidad de elevación y una grúa pórtico de 85 toneladas con una maquinilla AHC de 200 toneladas para la excavación del fondo y el tendido del cable.
En popa se encuentran dos hangares, uno en cada costado, para la operación de vehículos submarinos operados de forma remota que se encargan de monitorizar la operación submarina del tendido del cable. Y en proa está colocado el helipuerto certificado para el despegue y aterrizaje de un helicóptero Sikorsky S92 u otro modelo de similares características.
El Prysmian Monna Lisa fue construido en el astillero de VARD en Tulcea (Rumanía). Poco más de un año pasó entre su puesta de quilla en abril de 2023 y su botadura en junio de 2024. Tras la botadura el buque fue remolcado al astillero de VARD en Søviknes (Noruega), en donde se finalizó el armamento. En total, su construcción duró 24 meses, todo un récord para un buque de su clase y tamaño.
A la hora de elegir su nombre, un referendo entre los 30.000 empleados de la compañía decidió bautizarlo como Monna Lisa, como continuación de la senda marcada con el Leonardo Da Vinci, cuyo nombre fue elegido de la misma manera, honrando al famoso pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, botánico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista florentino del Renacimiento italiano.
Con la incorporación del Prysmian Monna Lisa ya son seis los buques cableros de la compañía italiana, junto con el Leonardo da Vinci y los anteriores Ulisse, Cable Entreprise, Giulio Verne y Barbarossa. Prysmian ha invertido más de 850 millones de euros desde 2018 para contar con la más completa flota de buques de este tipo, empujada por la demanda creciente de instalación de cables submarinos en el sector energético por el bum de la energía eólica offshore y los objetivos de descarbonización mundiales. Durante los próximos tres años Prysmian incorporará otros dos buques cableros a su flota, convirtiéndose en 2028 con ocho barcos en servicio en el mayor operador de este tipo de embarcaciones.
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Juan A Oliveira es Ingeniero Técnico Naval por la Universidade da Coruña y MBA por la UNIR. Con más de 20 años de experiencia en el sector naval, desde 2013 edita y coordina el blog vadebarcos.net. Puedes conectar con él a través de LinkedIn.
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