El Heroínas de Sálvora, el buque más moderno de la flota de Salvamento Marítimo


El Heroínas de Sálvora es el nuevo remolcador de altura polivalente de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (SASEMAR) del Gobierno de España. Construído como sus predecesores Don Inda (2206) y Clara Campoamor (2007) en Astilleros Zamakona, la construcción C-804 del astillero vasco está enmarcada en el Plan Nacional de Salvamento 2021-2024 de la Dirección General de la Marina Mercante y Salvamento Marítimo, cuyo fin es la modernización de los medios de salvamento nacionales, con el objetivo de dar un servicio eficaz y eficiente, colocando a SASEMAR en una mejor posición a la hora de responder de la mejor manera a emergencias en el mar, realizar misiones de búsqueda y rescate, ocuparse de labores de vigilancia y control marítimo así como dar apoyo durante operaciones de salvamento y protección del medio ambiente.

Botado el 15 de junio de 2023, el Heroínas de Sálvora ha supuesto una inversión de 52,5 millones de euros. El buque tiene unas dimensiones de 82,35 metros de eslora por 18 metros de manga, lo que lo convierte en el mayor de la flota de Salvamento Marítimo. El nuevo barco puede alojar en su interior a 16 tripulantes más 24 técnicos de operaciones, repartidos en 22 camarotes individuales, dos camarotes dobles y cuatro camarotes para cuatro personas. El casco ha sido diseñado para soportar las peores condiciones del mar y permitir así que la tripulación pueda trabajar con total seguridad en todo momento. Para incrementar la estabilidad y la capacidad de trabajo del buque se han instalado a bordo un tanque de estabilización pasiva y un sistema de posicionamiento dinámico DP-2 que le permiten mantenerse en el sitio independientemente del viento, las olas o las corrientes marinas.

El Heroínas de Sálvora recibe su nombre en honor de María Fernández Oujo, Josefa Parada y Cipriana Oujo Maneiro, de 14, 16 y 24 años respectivamente, que la madrugada del 1 al 2 de enero de 1921 consiguieron rescatar a entre 15 y 20 personas durante el naufragio del Santa Isabel al suroeste de la isla de Sálvora, la mayor tragedia marítima civil en la historia de las costas de Galicia y que supuso la muerte de 213 de las 269 personas que viajaban a bordo.


El Santa Isabel era un buque correo perteneciente a la Compañía Transatlántica Española, y aunque fue construido para cubrir la línea entre los puertos peninsulares de Bilbao y Cádiz, las islas Canarias y la isla de Fernando Poo en la Guinea Española (hoy en día Guinea Ecuatorial), el auge de la emigración española hacia Argentina (dos millones y medio de personas entre 1857 y 1935) cambió los planes de la compañía, destinándolo al cabotaje entre los puertos de Pasaia, Bilbao, Santander, A Coruña, Vilagarcía y finalmente Cádiz, en donde los pasajeros y la carga se trasbordaban a los trasatlánticos Infanta Isabel de Borbón y Reina Victoria Eugenia, que cruzaban el Atlántico con destino al país austral. Construido en los astilleros de la Sociedad Española de Construcción Naval en Matagorda (Cádiz), el Santa Isabel fue entregado a la Compañía Transatlántica Española en octubre de 1916, dos años y medio después del hundimiento del Titanic. Este hecho influyó en su diseño y construcción, incluyendo ocho botes salvavidas con capacidad para un total de 390 personas y más de 400 chalecos salvavidas para los 460 pasajeros y 84 tripulantes que como máximo podían viajar a bordo. Con una eslora de 89 metros y una manga de 12, el barco desplazaba casi 2.500 toneladas. Sus calderas alimentaban dos potentes turbinas que hacían girar dos hélices de cuatro palas cada una, siendo capaz de alcanzar los 12,5 nudos de velocidad máxima. El Santa Isabel estaba equipado también con velas para aprovechar los vientos y ahorrar carbón en sus travesías.


El 20 de diciembre de 1920 el buque partió de Cádiz destino a Pasaia en su ruta habitual. Once días después el Santa Isabel llegó al puerto gallego de A Coruña en medio de la celebración del año nuevo, en donde cargó pasajeros y carga antes de partir de nuevo a la una de la tarde con destino a Vilagarcía de Arousa, con 84 tripulantes y 185 pasajeros a bordo, con el tiempo algo revuelto y ligeros chubascos. Los chubascos se conviertieron en tormenta y fuertes vientos al pasar el cabo Fisterra, y cerca de las doce y media de la noche, ante la imposibilidad de orientarse mediante los faros de Corrubedo y la isla de Ons, que delimitan la entrada a la ría de Arousa por el norte y el sur respectivamente, el capitán García Muñiz decidió reducir la velocidad del Santa Isabel y tomar todas las precauciones posibles. Era ya la una y media de la madrugada del día dos de enero cuando el Santa Isabel embistió con los bajos de Meixides, a escasos 200 metros al suroeste de la isla de Sálvora, justo en la entrada de la ría de Arousa. Las rocas abrieron varias brechas en el casco del buque y el agua comenzó a entrar en su interior. Aunque el Santa Isabel estaba equipado con radioteléfono, el único mensaje emitido desde el buque antes de cortarse la electricidad a bordo al inundarse la cámara de máquinas fue un «Estamos encima de las rocas de Sál…». Aunque el mensaje fue recibido por la estación radiográfica de Fisterra y el buque francés Flandre, no fueron capaces de ayudarlos al desconocer la posición exacta del Santa Isabel.

En aquella época la isla de Sálvora estaba ocupada por 54 colonos que trabajaban sus tierras, más el farero. Fue este, alertado por los ladridos de su perro, asustado por los gritos de los viajeros del Santa Isabel, el primero en darse cuenta de lo que sucedía. Corriendo se acercó hasta las casas de la aldea para avisar a los vecinos de la isla. Pero más de la mitad de los mismos se hallaba en tierra firme en los pueblos vecinos de Aguiño y Carreira, celebrando el año nuevo. De Sálvora partieron tres dornas, pequeñas embarcaciones de pesca típicas de las Rías Baixas, una hacia Ribeira para dar aviso y las otras dos al rescate de los pasajeros del Santa Isabel. Las jóvenes María Fernández Oujo, Josefa Parada y Cipriana Oujo Maneiro, rescataron en varios viajes a entre 15 y 20 personas. Su acción les valió el reconocimiento como las “Heroínas de Sálvora”, además de serles otorgada la Cruz de Tercera Clase con Distintivo Negro y Blanco del Consejo de Estado y la medalla de Salvamento Marítimo.

El oleaje arrastró hacia los acantilados de Sálvora a los dos primeros botes salvavidas del buque que se habían lanzado al agua, estrellándolos contra las rocas y acabando con la vida de los que iban a bordo. Por ello, Luís Cebreiro, el segundo oficial del Santa Isabel, retuvo a varios botes salvavidas hasta que amaneció con el fin de evitar las rocas a la luz del día. Apodado “el toneladas” por su excesivo peso, Cebreiro se negó a subir a los botes y nadó dos horas agarrado a uno de ellos hasta alcanzar la costa. A las ocho y media de la mañana el buque se partió en dos, arrojando al mar a muchos de los que todavía se mantenían a bordo. El Cabo Menor fue el primer buque que llegó a la zona del naufragio, aunque lo hizo horas después del suceso y lo único que encontró fueron cadáveres, maletas y otros bultos de equipaje alrededor de parte de la chimenea y el palo de proa del Santa Isabel, que era lo único que quedaba a la vista del buque. En total, 213 personas perdieron la vida en el naufragio, salvándose otras 56 (27 tripulantes y 29 pasajeros) entre los que se encontraba el capitán Esteban García Muñiz y el maquinista Juan Antonio Pérez Cano. El número de víctimas fue tan alto que el concello de Ribeira se vió obligado a reabrir un antiguo cementerio para enterrarlos, en lo que fue una de las mayores tragedias de la navegación civil en Galicia. El nuevo buque de Salvamento Marítimo honra la memoria de las heroínas de Sálvora con su nombre.


Siguiendo las líneas marcadas por el Plan Nacional de Salvamento acerca de descarbonización y sostenibilidad, su diseño cuenta con una planta propulsora optimizada frente a las del Don Inda y la del Clara Campoamor, de similares dimensiones, que consigue una reducción del consumo de combustible y la emisión de gases de invernadero de cerca del 25%. La planta diésel eléctrica del Heroínas de Sálvora está formada por dos generadores principales de 2.500 kW cada uno para la propulsión y tres generadores auxiliares de 1.908 kW cada uno para alimentar los cuadros principales que cubren las necesidades de energía de los diferentes equipos y servicios del buque. La configuración PTI/PTO permite que el buque pueda navegar propulsado por los motores térmicos (PTO), mediante los motores eléctricos alimentados por los generadores auxiliares (PTI) o uniendo los dos sistemas (PTI Boost). Con hasta quince modos de operación diferentes, la propulsión se adapta dinámicamente a las condiciones de navegación variables, las cargas de trabajo y los requisitos de velocidad del buque, optimizando su rendimiento en todo momento. Además, el Heroínas de Sálvora está equipado con una conexión de energía a tierra para alimentarse cuando está en puerto sin depender de sus generadores, reduciendo su consumo y la contaminación generada por estos. La capacidad de 213 toneladas de tiro a punto fijo del buque garantizan y una velocidad máxima de 17,6 nudos garantizan al buque la posibilidad de remolque de buques de gran porte así como la rapidez de llegada al lugar de la emergencia.


Además de todos los medios tradicionales para efectuar tareas de rescate en el mar, el Heroínas de Sálvora es el primer buque de Salvamento Marítimo capaz de operar con drones en estas tareas. Para ello cuenta con una cubierta de vuelo en proa capaz de operar con drones de hasta 9 metros de largo y un hangar con capacidad para guardar y mantener dos unidades simultáneamente. El buque está equipado con una sala para recepción de náufragos y con una enfermería para atenderlos en caso de ser necesario. Otra de las tareas para las que está preparada la embarcación es la recogida de residuos de hidrocarburos en el mar por medio de brazos y bombas de aspiración en ambos costados, así como mediante el despliegue de barreras de contención y bombas portátiles. A bordo, los hidrocarburos son almacenados y decantados en tanques con capacidad para 1.800 metros cúbicos de vertidos. El buque cuenta con dos embarcaciones auxiliares, una para las labores de rescate y salvamento y la otra para las de recogida de vertidos, tendido de barreras anticontaminación o remolque de pequeñas embarcaciones. La amplia cubierta de trabajo de popa está atendida por dos grúas offshore con capacidad para manejar cargas de 20 toneladas de peso a 15 metros o 5 toneladas a 22 metros. Las grúas pueden usarse para manejar los equipos anticontaminación o para la maniobra de carga y descarga de material en el buque. A mayores, el Heroínas de Sálvora está equipado con un sistema contra incendios FiFi2 con tres monitores de lanzamiento de agua instalados en la parte más alta de la superestructura del buque, espacios habilitados y equipados para el trabajo de buceadores especializados, una cámara de visión nocturna o una central de comunicaciones entre otros equipos y sistemas. 

Características principales
Eslora: 82,35 metros
Manga: 18,00 metros
Calado: 6,2 metros
Puntal: 8 metros
Tripulación: 16 personas
Técnicos: 24 personas
Velocidad máxima: 17,6 nudos
Tiro a punto fijo: 213 toneladas


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Juan A Oliveira es Ingeniero Técnico Naval por la Universidade da Coruña y MBA por la UNIR. Desde 2013 edita y coordina el blog de temática naval vadebarcos.net. Puedes conectar con él a través de Twitter o LinkedIn.

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