Raye Montague, la mujer que no aceptaba un no por respuesta

Aunque muchas de nosotras utilizamos habitualmente soluciones de diseño asistido por ordenador en nuestro trabajo, pocas conocemos a las personas que forman parte de la historia del desarrollo de las mismas.

«Montague falleció el 9 de octubre de 2018». Con esta frase comienza casi toda la literatura que sobre ella se puede encontrar, pero lo que a nosotros nos importa es hablar de la vida de la mujer que revolucionó el diseño de buques por ordenador.

Raye Jean Montague nació el 21 de enero de 1935 en Little Rock, Arkansas. Lo que la llevó a querer ser ingeniera fue un hecho un tanto insólito que presenció con 7 años: su abuelo la llevó a ver un submarino alemán capturado durante la Segunda Guerra Mundial y que se encontraba en un tour por todo el país. Ella se quedó fascinada al mirar a través del periscopio y ver todos los diales y mecanismos. Tanto fue así, que preguntó a uno de los presentes qué tenía que saber para hacer aquello. La respuesta que obtuvo fue la siguiente: «Tendrías que ser ingeniero, pero no tienes que preocuparte por eso».

Claramente, lo que aquel hombre venía a decirle era que una niña negra nunca podría llegar a ser ingeniera, o siquiera tener nada que ver con ese tipo de artefacto. Sin embargo ella, a tan tierna edad, ni siquiera se dio cuenta de que acababa de ser insultada. Su autoconfianza se debía, también y como ella misma reconocía, a los valores inculcados por su madre, quien desde muy joven insistió en que su hija interiorizase los tres mayores prejuicios que tendría que enfrentar en su vida: era mujer, era negra y tendría la educación de una escuela sureña segregada. En lo que su madre también insistió fue en que, a pesar de todo esto, podría hacer o llegar a ser lo que quisiese dado que tenía esa educación.

De este modo, con el tiempo, Raye pasó a engrosar ese grupo de mujeres negras que desde los años 30 llevaban a cabo trabajos de gran complejidad técnica para el propio gobierno de los Estados Unidos, siendo siempre, por supuesto, invisibles al público. Raye creció en los racialmente tensos años 50, la época de la insurgencia de Rosa Parks en el autobús y la entrada de los 9 de Little Rock en la escuela de blancos de esa villa. Se graduó en 1952, siendo una estudiante brillante en ciencias y matemáticas pero, como por aquel entonces las universidades de Arkansas no permitían estudiar ingeniería a los afroamericanos, Raye hubo de conformarse con estudiar y obtener una licenciatura en Ciencias Empresariales.

Empecinada en llegar a ser ingeniera, se mudó a Washington, donde consiguió un empleo como mecanógrafa en la Marina, con la idea de ir ascendiendo poco a poco en el escalafón. Estudió programación por las noches y fue ascendida a operadora de sistemas informáticos digitales y, posteriormente, nombrada analista de sistemas informáticos, un campo, como todos los que la rodeaban, dominado por hombres. Tras un año, en 1957, solicitó un ascenso.

Su jefe le dijo que, si quería el trabajo, tendría que trabajar por las noches, lo cual suponía un problema para ella, dado que no había transporte público nocturno y ella no disponía de un coche… ¡ni siquiera sabía conducir! En cualquier caso, en su empeño por evolucionar, se compró un Pontiac de 1949 y aprendió por sí sola a conducir. Esto le permitió conseguir el ascenso y volver a trabajar durante el día.

El que sería su más notable logro (crear un programa para el diseño de buques por ordenador) parecía empresa imposible al inicio del proyecto, ya que nunca antes se había hecho. Empezaba la década de los 70, y su jefe le dio seis meses de plazo para terminar el proyecto, eso sí, omitiendo que su departamento había estado intentándolo durante años sin éxito. Raye estudió, una vez más por su cuenta, el sistema informático y trasladó a su jefe que, para poder generar su programa, tendría que reconfigurar desde cero cualquier ordenador de la Armada, y eso significaba, de nuevo, trabajar por las noches.

La respuesta de éste fue que solamente podría trabajar por las noches si estaba acompañada, pero que no estaba dispuesto a pagar horas extra a ninguno de sus compañeros. Ella entendió que él buscaba su fracaso, pero de nuevo decidió que el fracaso no era una opción y solucionó el problema llevándose a su madre y a su hijo de tres años la oficina. Viendo su determinación, su jefe finalmente accedió a asignarle más personal para trabajar por las noches, lo cual la llevó a presentar su programa de diseño cumpliendo con el irreal plazo establecido.

Cuando el presidente Nixon supo de este avance, y dado que quería que la Marina construyese buques más rápidamente, solicitó que el equipo desarrollase un borrador de las formas de un buque de guerra ya existente, las fragatas de la clase Oliver Hazard Perry en un mes (tarea que normalmente suponía dos años de trabajo). Para ello les otorgó personal y presupuesto ilimitados y, en menos de 19 horas, Raye y su equipo tenían el primer buque de guerra diseñado por ordenador de la historia. De un modo nunca visto, había revolucionado para siempre el modo en que la Marina diseñaría sus buques y submarinos .

Fragata de la clase Oliver Hazard Perry

Por este trabajo, a Raye le otorgaron Premio al Servicio Civil Meritorio de la Marina de los Estados Unidos, el tercer premio honorífico más alto de la Marina en 1972. Fue la primera mujer ingeniera profesional en recibir el Premio de Logros de la Society of Manufacturing Engineers en 1978 y el Premio de la National Computer Graphics Association por los Avances en Gráficos por Ordenador en 1988. A pesar de no poder obtener el título de ingeniera, fue reconocida como ingeniera de profesión en EE.UU. y Canadá y también recibió una serie de otros honores de ramas militares, la industria y el mundo académico.

En cualquier caso, a pesar de todo lo anterior y tras retirarse en 1990, no obtuvo reconocimiento público hasta 2012, cuando un periódico de Arkansas, The Arkansas Democrat-Gazette, escribió un artículo sobre ella. El reconocimiento a nivel nacional no llegaría hasta después de la publicación en 2016 de Hidden Figures, el libro de Margot Lee Shetterly, donde se narra la vida de Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, tres matemáticas que trabajaron en la NASA durante la carrera espacial, debiendo superar allí la discriminación como mujeres y afroamericanas. Dada la fama que alcanzó la película basada en ese libro, la Marina estadounidense reconoció a Raye como su propia Hidden Figure en 2017, y ésta entró a formar parte del Arkansa’s Women Hall of Fame en 2018.

Fue así cómo la niña que creció en el segregado sur de los Estados Unidos y a la que no permitieron acceder a la escuela de ingeniería por ser negra llegó a ser una ingeniera profesional reconocida internacionalmente, rompiendo el techo de cristal de la Marina cuando se convirtió en la primera mujer gerente de programas navales demostrando que aquel hombre en el submarino de la Segunda Guerra Mundial estaba muy equivocado: “Me conocen como la primera diseñadora de buques por ordenador. Fui la primera mujer gerente de programas navales en la historia de la Armada, es decir, lo equivalente a directora general de una empresa privada”… “¡Una niña pequeña de Little Rock!”


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Laura Alonso es Ingeniera Naval y Oceánica por la UDC. Viguesa de nacimiento, Ferrolana de adopción. Dedicada al Apoyo Logístico Integrado y el continuo aprendizaje por vocación. Puedes conectar con ella a través de LinkedIn.

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5 comentarios en “Raye Montague, la mujer que no aceptaba un no por respuesta

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