El Open Arms es el buque de rescate de refugiados de la ONG del mismo nombre. Desde 2017, este antiguo remolcador de altura de Salvamento Marítimo, trabaja para reducir las espantosas cifras de muertos que cada día se producen en el Mediterráneo, la mayor fosa común del mundo.

Fundada por Óscar Camps en 2015 y nacida de una empresa de socorrismo y salvamento marítimo con más de 20 años de experiencia en las costas del territorio español, Open Arms es una organización humanitaria, no gubernamental y sin ánimo de lucro, cuya principal misión es proteger la vida de los más vulnerables en situaciones de emergencia. La organización protege las vidas de las personas abandonadas en aguas internacionales en el Mediterráneo que huyen de conflictos bélicos, persecución o pobreza, y colabora también en tierra firme con equipos sanitarios y de investigación en primera línea para afrontar emergencias sanitarias o de cualquier otro tipo de emergencias que precisen respuesta inmediata.
Premiada en multitud de ocasiones en reconocimiento de sus intervenciones de rescate con galardones como el HERO Awards de la International Maritime Rescue Federation en 2016, el Premio Ciudadano Europeo otorgado por el Parlamento Europeo también en 2016, el Premio UNICEF Comité Español Transforma en 2017 o el Premio ALBA/Puffin de Derechos Humanos concedido por los Archivos de la Brigada Abraham Lincoln y la Fundación Puffin, la ONG con sede en Barcelona ha ido adquiriendo sus barcos de manera progresiva, siempre gracias a donaciones de la sociedad civil.
El primero de sus barcos fue el Astral, que saltó a la fama gracias al documental de Jordi Évole, un velero de 33 metros de eslora diseñado por Philip Rhodes y construido en 1970 para Cornelius Vanderstar y donado por el empresario italiano de colchones Livio Lomonaco a Open Arms en junio de 2016. Adaptado para las labores de rescate, equipado con un hospital a bordo, y dos embarcaciones semi-rígidas con tripulaciones de salvamento y socorristas profesionales voluntarios, el Astral realizó entre julio y octubre de 2016 once misiones en las que se rescataron casi 15.000 personas. Pero un rescate muy difícil puso de manifiesto las limitaciones del velero ante condiciones marítimas y meteorológicas complicadas. Además, se quedaba pequeño para la ONG, que necesitaba un barco con capacidad para 400 o 500 personas.

A finales de 2016, el Astral fue reemplazado por el Golfo Azzurro, un pesquero de 43 metros de eslora por 8 de manga, construido en 1987 que había sido retirado de sus actividades pesqueras a raíz de una subvención de la Unión Europea. El buque se encontraba a disposición de cualquier entidad que lo pudiera necesitar para tareas no comerciales y Open Arms llegó a un acuerdo para utilizarlo como buque de rescate. Tras un periodo de adaptación, el barco salió de Barcelona hacia la zona de rescate del Mediterráneo en diciembre de 2016. Open Arms operó el buque hasta agosto de 2017, tiempo durante el cual realizó 16 misiones y rescató a casi 7.000 personas. Pero la fundación armadora del buque decidió retirarlo tras presiones de las autoridades libias. Open Arms puso de nuevo en funcionamiento el Astral, esperando la llegada de un nuevo barco.

Este llegó de la mano del Grupo Ibaizabal. El remolcador de altura Ibaizabal Tres iba camino del desguace cuando la naviera vasca decidió donarlo a la ONG de rescate. El buque fue construido en Astilleros de Mallorca en 1974, dentro de una serie de cuatro buques calificados como remolcadores de altura anticontaminación, dos construidos en Mallorca y otros dos en los astilleros Celaya de Bilbao. Bautizado en origen como Punta San Ignacio, al pasar a la propiedad de la Compañía de Remolcadores Ibaizábal, hoy Grupo Ibaizabal, fue renombrado como Ibaizabal Tres. El buque fue puesto al servicio de la flota de Salvamento Marítimo en Galicia, con base en el puerto de A Coruña, en donde desempeñó labores de remolque, salvamento y rescate durante 43 años, incluyendo las labores de auxilio al Prestige en 2002 antes de que el petrolero se hundiera en la costa gallega.

Tras una campaña de crowfunding en la que Open Arms reacudó unos 100.000 euros, el Ibaizabal Tres pasó un proceso de adaptación para adaptarse a las necesidades de tripulantes, voluntarios y personas rescatadas en aguas internacionales. El antiguo remolcador de 37 metros de eslora y 9,5 de manga fue remodelado durante semanas en el puerto de A Coruña, proceso durante el cual se renovó todo el sistema eléctrico y la electrónica para adaptarse a la navegación de altura y se le dotó de nuevos y sofisticados equipos de navegación y comunicación.
El interior del barco fue rediseñado, habilitándose camarotes, lavabos, una cocina, un comedor y una enfermería, además de renovar suelos, techos o la iluminación para mejorar su habitabilidad y acondicionarlo para trabajar tanto en verano como en invierno en el mar. En su exterior, todos aquellos elementos que marcaban su uso como remolcador fueron retirados de la cubierta y se preparó una zona de 100 metros cuadrados en cubierta para albergar hasta a un máximo de 400 personas en caso de necesidad.
El nuevo buque se incorporó a las tareas de rescate en el Mediterráneo durante la segunda mitad de 2017, en donde desde su puerto base de La Valeta (Malta) trata de rescatar a todas las personas que les es posible. Desde su fundación, la ONG ha salvado más de 60.000 vidas en el mar.

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Juan A Oliveira es Ingeniero Técnico Naval por la Universidade da Coruña y MBA por la UNIR. Desde 2013 edita y coordina el blog de temática naval vadebarcos.net. Puedes conectar con él a través de Twitter o LinkedIn.
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