
Desde principios de la década de los años ochenta del pasado siglo varios han sido los buques de experimentación con los que ha trabajado la US Navy en busca de nuevas plataformas o diseños, desarrollando y probando soluciones para llevarlas más adelante a la fabricación de sus buques de guerra.
Así, en 1982 en colaboración con la agencia DARPA y la compañía Lockheed Martin nació el Sea Shadow, el primer buque equipado con tecnología stealth para evitar al radar.
En 2003 aparecía el Sea Fighter, diseñado en colaboración con los británicos BMT Nigel Gee y construido por Nichols Brothers Boat Builders como banco de pruebas de los futuros Littoral Combat Ships de la armada americana.
Y recientemente han puesto en funcionamiento el Sea Hunter, el primer buque no tripulado de la US Navy, construido por Vigor Industrial en 2016 y en desarrollo por DARPA desde 2010.
Pero el Sea Fighter no fue el único barco experimental que apoyó el programa LCS. En 1992 las compañías Pacific Marine & Supply Company y Lockheed Martin comenzaron el desarrollo de un demostrador que mejoraba las capacidades de los buques tipo SWATH, bautizándolo como SLICE.
La entrada de la Oficina de Investigación Naval (ONR por sus siglas en inglés) dio el empujón definitivo al proyecto y en 1997 el astillero Nichols Brothers Boat Builders (Freeland, Washington, EE.UU.), los mismos que construirían años después el Sea Fighter, entregaba el Sea Slice tras superar las pruebas de mar en las que el buque alcanzó los 30 nudos en olas de tres metros y medio de altura.
Porque esa era la mayor de las ventajas del Sea Slice. Su novedoso casco optimizaba la tecnología SWATH pasando de dos cascos sumergidos a cuatro cascos colocados en dos filas generando así hasta un 35% menos de resistencia al avance, pudiendo alcanzar las velocidades de los buques SWATH, pero necesitando menos potencia para ello.

Construido con un presupuesto de unos 13 millones de euros, el Sea Slice mide 32 metros de eslora por 17 metros de manga. En su interior hay espacio para 12 tripulantes en camarotes dobles, una cocina completa y un baño. Además de las ventajas de sus cascos, el Sea Slide cuenta con capacidad de carga modular, una amplia cubierta con acceso libre desde la popa para carga y descarga y al llevar las hélices colocadas en los cascos delanteros, se reducen las incrustaciones en las mismas y la posibilidad de daños por golpes.

El Sea Slide fue categorizado en su momento como un HSV (High Speed Vessel) experimental, con el que se realizaron pruebas en el campo de la guerra antisubmarina, la guerra antisuperficie o la guerra de minas, demostrando que la modularidad multimisión era posible en un buque pequeño, rápido y estable, y aunque no fue el diseño elegido finalmente sentó las bases para el desarrollo de los futuros Littoral Combat Ships de la clase Independence.
Una vez cumplida su misión de buque experimental, el buque fue abandonado durante años hasta que en 2015 la empresa danesa Advanced Offshore Solutions lo compró por unos 150.000 euros con la intención de convertirlo en un buque de apoyo a parques eólicos marinos, en donde se aprovecharán sus capacidades para mantenerse estable aún en las peores condiciones marinas en un ambiente tan difícil como el mar del Norte.

Para saber más:
- Sea SLICE Provides Glimpse of Future, en Marine Link
- Sea SLICE, en GlobalSecurity
- SOLD! The Experimental Littoral Combat Ship Sea Slice Gets A New Owner And Mission, en Foxtrot Alpha
- Sea Slice to go to work as wind farm support vessel, en MarineLog
Juan A Oliveira es Ingeniero Técnico Naval por la Universidade da Coruña y MBA por la UNIR. Desde 2013 edita y coordina el blog de temática naval vadebarcos.net. Puedes conectar con él a través de Twitter o LinkedIn.
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