Ainhoa Leal Díaz, responsable del archivo y la biblioteca de la Fundación Exponav

11F, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

En el corazón mismo de Ferrol, una ciudad con una historia naval de más de 300 años, a medio camino entre el dominio militar y el civil, entre el mar y las calles, se encuentra uno de los más históricos edificios de la ciudad: el Edificio Herrerías.

El edificio Herrerías fue concebido como unas herrerías para la Armada Española en el siglo XVIII. Carlos III aprobaría su construcción y en él llegarían a trabajar 386 personas. Albergaba unas 32 fraguas, 4 de ellas de gran tamaño dedicadas a la elaboración de anclas. Otro de sus cuerpos estaba destinado a cerrajería y farolería. Las fraguas estaban tan bien construidas que el humo no molestaba a los trabajadores.

Detalle del Edificio Herrerías donde se aprecian las chimeneas de las fraguas.
Imagen: Laura Alonso.

Con su restauración y rehabilitación, a partir del año 2001, se pretendió ponerlo en valor devolviéndolo a su estructura original del año 1781, incluyendo la recreación de una de sus fraguas. Las obras terminarían en 2008, convirtiéndose el edificio en el Museo de la Construcción Naval (uno de los pocos de su clase), y en la sede de la Fundación Exponav, que tiene por objeto reunir, exponer y conservar el patrimonio técnico, ornamental y documental relativo a la construcción naval y al sector marítimo de España.

Si presentamos el Edificio Herrerías como una de las maravillas a conocer de la “ciudad naval”, no lo es menos la responsable de su archivo y biblioteca quien, en tan solo unos años, ha dado una vuelta completísima a los fondos de la Fundación y ha llevado a cabo una labor inestimable en lo que a su puesta en valor se refiere. Hoy, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, aportamos nuestro grano de arena con la historia de Ainhoa Leal, una auténtica Científica de la Documentación… aplicada a nuestro sector.

Ainhoa Leal. Imagen cedida. Archivo y Biblioteca Fundación Exponav.

Ainhoa nació y creció en Cobas, una parroquia del propio Ferrol, y sería en el Campus de Esteiro (en la misma ciudad) donde estudiaría la Diplomatura en Biblioteconomía y Documentación y, posteriormente, la Licenciatura en Documentación. Y, curiosamente, fue esa carrera la que la llevó al sector naval.

A pesar de haber nacido y crecido rodeada de un mar del que se confiesa enamorada y de ser su abuelo Sargento de Marina, el primer contacto profesional de Ainhoa con los barcos tuvo lugar en 2015 cuando, siendo estudiante en la Facultad de Humanidades y Documentación, disfrutó de la beca de colaboración con Exponav que concede la UDC todos los años, experiencia que se prorrogaría durante un año más al serle concedida una beca FUAC para el mismo fin.

Ainhoa no se planteaba, en un inicio, la formación universitaria por lo que, finalizado el bachillerato, cursó un Ciclo Superior en Gestión Comercial y Marketing. Cuando iba a comenzar un segundo Ciclo Formativo en Administración y Finanzas (en el que se encontraba ya matriculada) una amiga la convenció para estudiar juntas la carrera de Documentación. Habiendo entrado “sin saber muy bien de qué iba”, Ainhoa descubrió su verdadera pasión, una disciplina que ella sentía la enriquecía como persona: “Mi madre siempre me decía que tenía que dedicarme a algo que me hiciese feliz y di en el clavo”.

A día de hoy, Ainhoa se encarga de organizar, custodiar y sacar a la luz una parte de la historia de la Construcción Naval Española pero, antes de trabajar en Exponav, fue profesora de latín y griego en una academia de clases particulares (tarea a la que todavía se dedica en su tiempo libre). Posteriormente, ya en el año 2017, pasaría a convertirse en responsable del archivo y la biblioteca de la Fundación Exponav, y desde entonces viene llevando a cabo una serie de proyectos encaminados tanto a la conservación de los fondos archivísticos como a situarlos en el lugar que merecen: un lugar destacado y accesible a la población en general.

De su experiencia previa se derivó una gran lección aprendida que quizá escape a la vista de quienes no somos expertos en la materia: aunque no lo parezca, aquel trabajo en la academia y el puesto que desempeña en la actualidad, tienen mucho en común:

“En ambos ayudas a la gente a conseguir un objetivo, un fin, y eso me encanta. Gracias a que trabajé en una academia, mi enfoque en el archivo y la biblioteca siempre es estar ayudando a la gente que pasa por ahí, ya sean usuarios o alumnos que vienen gracias a becas o a realizar prácticas. Me encanta enseñar y aportar mi granito de arena en su formación. También me gusta mucho estar en contacto con la facultad y tener pequeños proyectos en común”.

Panorámica de la Falcultad de Humanidades del Campus de Esteiro (Ferrol). carrodeguas, CC BY-SA 3.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0, via Wikimedia Commons

Para Ainhoa, todos los proyectos que lleva a cabo son ilusionantes, pero de los que guarda mejor recuerdo es de los primeros que consiguió con la Xunta de Galicia y el Ministerio de Cultura “porque marcaron un antes y un después respecto al estado del archivo”.

Desde que tomó las riendas del archivo y biblioteca, el proyecto más ambicioso (con diferencia) fue la reorganización del propio archivo, en concreto la reorganización del Fondo Astano. Este fondo estaba inventariado en una base de datos Access y no existía un cuadro de clasificación bien definido, por lo que el principio del proyecto fue estudiar bien la documentación existente y cómo se encontraba clasificada para poder actuar sobre ella.

Para establecer un cuadro de clasificación coherente con la documentación, tenían que volver a ordenar el fondo y catalogarlo en un sistema que cumpliese con la norma de catalogación archivística. Ainhoa descubriría entonces el gestor de contenidos AtoM (Access to Memory), una aplicación web gratuita de código abierto que permite una descripción archivística diseñada de acuerdo con los estándares internacionales de descripción y con las reglas de descripción multinivel.

Ya tenían el soporte, pero necesitaban una ayuda económica y fue cuando, ese mismo 2017, Ainhoa descubrió las ayudas destinadas a entidades privadas sin ánimo de lucro para la mejora de los archivos. Prepararon el proyecto, solicitaron la ayuda y la resolución salió favorable. Los fondos aportados por la Xunta de Galicia permitieron contratar a dos personas para trabajar en ello y ese fue un gran cambio, ya que consiguieron elaborar el necesario cuadro de clasificación acorde con la documentación pasando a presentar el archivo una estructura jerárquica y no lineal como antes. El proyecto no se terminaría hasta 2020 aunque, en realidad, no está finalizado del todo ya que quedan cerca de 2.000 planos por catalogar que Ainhoa reserva con una finalidad: “que los alumnos que vengan hacer las prácticas o a disfrutar la beca de colaboración puedan aportar su granito de arena con este fondo documental”.

En cuanto al primer proyecto que consiguieron con el Ministerio de Cultura en 2018, estaba destinado a la mejora de las instalaciones y el equipamiento los archivos, y les permitió comprar un servidor con el que gestionar de manera eficaz la carga de trabajo asociada a AtoM y que les permite, también, ofrecer a los usuarios un servicio de búsqueda y localización de material desde cualquier parte del mundo. Esa subvención también permitió la compra de material tan básico como unas estanterías en las que almacenar adecuadamente los álbumes fotográficos que muestran toda la evolución histórica de los buques construidos en Astano.

Parte de los archivos donde se albergan las fotografías pertenecientes al Fondo Astano.
Imagen cedida. Archivo y Biblioteca Fundación Exponav.

Otra de las actividades que Ainhoa desarrolla y que más le aportan es poder colaborar con la facultad en la que estudió, desde las charlas que da cada año para dar a conocer a los alumnos los fondos e instalaciones de Exponav, hasta participar en una pequeña parte de su formación:

“Cuando vienen con la beca o con prácticas, les enseño cómo trabajar en el archivo y les dejo (dentro de lo posible) total libertad para solucionar alguna actividad, para que se vayan soltando, porque creo que es una buena forma de aprender. Yo también aprendo mucho de ellos, te enteras de las nuevas herramientas de trabajo que se usan, qué cosas les enseñan y cómo se las enseñan en la facultad, etc.

Me gusta mucho hablar con ellos y empatizar porque es muy enriquecedor para todos. Les intento explicar mi experiencia en el mundo laboral, dónde poder seguir realizando cursos, becas de formación… cualquier cosa que pueda ayudarles en su futuro”.

El año pasado, la colaboración con la universidad dio un salto cualitativo pasando a realizar una actividad nunca antes llevada a cabo. Ainhoa se puso en contacto con la profesora que imparte Archivística en la facultad y se ofreció a dar dos clases en el archivo: una dedicada a enseñar las instalaciones, los fondos y la reorganización del archivo, y la otra enfocada a realizar una práctica en AtoM. Para el desarrollo de esa práctica se creó una máquina virtual para que los alumnos pudiesen acceder al gestor de contenidos sin perjudicar el contenido ya publicado. “La experiencia fue maravillosa, me encanta poder ser partícipe de su formación”.

Los principales productores de los fondos con los que cuenta el archivo son Astano (1941-1985), Tecnor (1964-2012) y Bazán (1941-1985). Y en cuanto a la naturaleza de los mismos se pueden encontrar, con unos números nada desdeñables, planos de construcción naval (total: 37.000; digitalizados: 2.200, 1.500 procedentes del fondo de Tecnor, 700 de Astano), planos de detalle en microfichas (300.000 aprox.), material fotográfico complementario (Colección Astano: 57.000 (aprox.), Colección Tecnor: 12.812, Colección Bazán: 75 DVD´s).

Ilustración perteneciente a la colección de 43 dibujos del diseño de un Trasatlántico del astillero de Astano que no se llegó a construir (colección disponible en AtoM). Cedida. Archivo Fundación Exponav-Colección Diseño trasatlántico.

En realidad, el alcance del Fondo Tecnor es tan amplio que, a día de hoy, desde Exponav, no sabrían cuantificar la cantidad de proyectos y planos con los que cuentan. Lo único que saben con certeza es que hay cerca de 1.500 planos que se encuentran digitalizados. Pero la catalogación de ese fondo sigue avanzando.

Gracias a una ayuda concedida en 2021 por la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia (de nuevo para la mejora de los archivos), pudieron iniciar desde el archivo las descripciones archivísticas del Fondo Tecnor en AtoM. El proyecto se centró en la catalogación de los buques de carga, en concreto de los portacontenedores, carga general, bulkcarrier y Ro-Ro, disponiendo de un total de 2.214 registros de estas cuatro series de buques de carga, de los cuales 374 registros poseen una imagen digital del plano que enriquecen su descripción. La intención es seguir avanzando en todas las tareas asociadas a ese fondo por medio de pequeños proyectos que puedan conseguir con ayudas como la anterior.

En relación al material fotográfico con que cuenta el archivo, todas las colecciones están en formato analógico y digital (exceptuando Bazán, que sólo está en formato digital). Gracias a que las imágenes digitalizadas, pudieron colaborar con el álbum “Industria Naval” en el proyecto “Galicia, Imaxes do deseño” que llevó a cabo la Agencia Gallega de Innovación (GAIN) dentro del programa “Diseño para la innovación 2020” de la Xunta de Galicia, cuya misión es localizar, recuperar y difundir los principales hitos del diseño industrial gallego a través de la fotografía y las obras audiovisuales. A través de este enlace se puede acceder a la información del proyecto en la web del GAIN.

Parte de las instalaciones del archivo de Exponav. Imagen cedida. Archivo y Biblioteca Fundación Exponav.

A pesar de todo lo material, para Ainhoa una de las mejores cosas de trabajar en la Fundación Exponav es que siempre se ha sentido muy cómoda, desde el primer momento en que entró como becaria. Ella dice sentirse parte de una familia. Una familia con la que lleva trabajando 7 años, colaborando estrechamente departamentos. Y resalta, sobre todo, la labor que hacen los colaboradores de la Fundación “es increíble, siempre dispuestos a ayudar sin recibir nada a cambio”.

Exponav, por su continente, sus contenidos y su gente, es una joya que todo el mundo debería conocer y apreciar. Su museo merece ser visitado y sus materiales de archivo y biblioteca consultados. Se hace necesario que los ciudadanos de a pie, especialmente los universitarios de las dos especialidades que aquí se entrecruzan (documentación e ingeniería naval), sean conscientes de la gran cantidad de información muy alto valor de que disponen para consulta a lo largo de sus estudios. Un material, que, por norma, no suele ser fácilmente accesible, pero que Ainhoa sigue sacando a la luz. Tesoros escondidos entre las paredes del edificio Herrerías, vestigios de una historia de la construcción naval de más de 300 años, de la cual todo ferrolano debería sentirse orgulloso.

El material disponible en AtoM se puede consultar en este enlace.


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Laura Alonso es Ingeniera Naval y Oceánica por la UDC. Viguesa de nacimiento, Ferrolana de adopción. Dedicada al Apoyo Logístico Integrado, la Gestión de la Innovación y el continuo aprendizaje por vocación. Puedes conectar con ella a través de TwitterLinkedIn.

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