
El control de pesos son todas las acciones necesarias para asegurar que tanto la distribución, como el peso de un buque, son adecuados con respecto a los requerimientos de arquitectura naval tanto de estabilidad, escora, asiento como de funcionalidad (velocidad, resistencia, comportamiento en la mar). Pero antes de llegar al concepto actual de control de pesos, la humanidad ha recorrido un largo camino. Los arqueólogos han constatado que en la antigüedad ya se habían producidos modificaciones durante el diseño en las dimensiones de los buques, lo que prueba el impacto que tiene el control de pesos.
En la edad media, para evitar problemas de pesos las embarcaciones, se construían con un alto francobordo, como ocurre en carabelas y galeones, esto prueba que el control de pesos no tenía efecto sobre el diseño del buque sino que se basaba en la intuición del carpintero y sus conocimientos de las leyes de la naturaleza.
El primer hecho constatable de un control de pesos fallido data del año 1625 durante la construcción del buque Vasa y cuya historia podemos encontrar en este mismo blog (La historia del galeón Vasa). La historia de este buque es un claro ejemplo del poco conocimiento que se tenía en el siglo XVII sobre el control de pesos y sus efectos. La importancia de este evento es tal, que en el año 1956 este buque fue reflotado y conservado en el museo “Vasamusset”.
Durante la última parte del S.XVII los matemáticos idearon métodos para el cálculo del peso del buque a través de planos y a finales de ese siglo los diseñadores británicos dejaron perplejo al mundo al ser capaces de predecir la flotación de sus buques durante las botaduras. A partir de entonces, el control de pesos paso a ser un concepto estándar en el diseño de los buques. Sin embargo, para llegar a la primera legislación en cuanto a pesos nos tenemos que remontar al año 1840, donde el parlamento británico aprobó una ley en la que todos los buques de 500 ton llevarían capellán. A partir de ese momento, muchos astilleros como la East India Company comenzaron a construir con un tamaño estándar de 499 ton, obligando a realizar un estricto control de pesos para no superar dicho límite.
Durante este período, hasta aproximadamente la Primera Guerra Mundial se gestó el cambio más importante hasta el momento en la propulsión y construcción naval: la sustitución de la madera y las velas por el acero y el vapor.
Hasta 1922 las legislaciones en el control de pesos de los buques eran arbitrarias, impuestas por los gobiernos o condicionadas por la logística de los astilleros, lo que se traduce en un periodo sin grandes avances en la ingeniería de pesos.
Sin embargo, a partir del año 1922 con la ratificación del tratado de Washington, se intentó prevenir una carrera armamentística en la construcción naval, limitando la construcción de acorazados, cruceros y portaviones y, por otro lado, limitando las toneladas totales de los buques de guerra para cada nación. Destructores y submarinos quedaban fuera de las limitaciones, pero no podían superar las 10.000 toneladas para cada clase. De esta forma, durante este periodo cada nación intentaba optimizar la relación de desplazamiento con el mayor poder armamentístico posible, y así el control de pesos adquirió una importancia vital, desarrollando enormemente los métodos de control y optimización del peso durante su diseño y construcción además de fomentar el desarrollo de mejoras en la construcción naval como el uso de menores escantillonados o materiales más ligeros. Sin embargo, todo esto aumentó el coste de construcción de los buques además de presentar muchos problemas de resistencia estructural. A pesar de esto, los resultados obtenidos justificaban la inversión en investigación y desarrollo.

Esta época es la de mayor desarrollo en la ingeniería de pesos que terminó con el tratado de Londres en 1930, el cual derogaba el tratado de Washington. Este tratado produjo cambios en las restricciones individuales de los buques militares y se eliminaron las limitaciones en toneladas totales de cada nación. Por lo tanto, este tratado produjo que se volviese a la situación anterior considerándose el desplazamiento un factor secundario en el diseño y priorizando otras características de los buques.
Desde la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad, el control de pesos ha adquirido una importancia capital, hasta considerarse hoy en día en uno de los primeros factores a tener en cuenta en el diseño del buque. Este desarrollo ha sido impulsado por los avances informáticos, el control de costes y el desarrollo de diferentes diseños, buques SWATH, propulsión nuclear, etc.
En el futuro, la ingeniería de control de pesos será un pilar importante para el desarrollo de nuevos diseños de buques, optimizando en este caso el peso muerto con el peso en rosca para una mayor descarbonización o la integración de los nuevos tipos de propulsión, todo ello impulsado por una fuerte legislación de la IMO (EEDI, EEXI, etc), UE (FuelEU), y otros organismos internacionales.

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M Dolores Fernández es Ingeniera Naval por la Universidade da Coruña. Miembro de la SAWE y especialista en arquitectura naval. Puedes contactar con ella a través de LinkedIn.
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